lunes, 23 de marzo de 2009

La F-1 más apasionante

Los diagnósticos nos muestran a un Alonso en estado dulce; no tiene el mejor coche, pero es el mejor pilotoYa estamos aquí, como quien dice.

En la mañana del próximo domingo, cambio de hora incluido en el pack, los motores de la Fórmula 1 comenzarán a rugir en la pista del Melbourne Park en el comienzo de la temporada más apasionante que se recuerde. Los cambios absolutos en el Gran Circo constituyen la gran promesa para un año que puede resultar desconcertante.

Al menos, Bernie Ecclestone y la Federación Internacional de Automovilismo han dado marcha atrás en el tema de la puntuación y las victorias, un asunto ponzoñoso en el que parece que prevalecían más los intereses de despacho que los de cualquier actor protagonista de la clase reina del automovilismo mundial, afición incluida. Pero todo lo demás parece el prólogo de un año alucinante.

Por un lado, y visto desde la cuestión doméstica, todos los diagnósticos nos muestran a un Fernando Alonso en estado dulce. Las manos y el instinto del asturiano han pulsado los botones adecuados para finiquitar un Renault como el de los viejos tiempos. No es el mejor coche de la parrilla, ni mucho menos, pero sí alberga en su habitáculo al mejor piloto de la actualidad. En el otro lado del camino está McLaren, sin Ron Dennis y sin las ideas claras. Se han pasado la pretemporada intentando solucionar a marchas forzadas errores de bulto y todo hace indicar que las flechas de plata no presentarán un nivel competitivo hasta el circuito de Montmeló. O eso o son los mejores actores del mundo.

Y por encima de todos, Ferrari, como siempre, y Brawn GP. El equipo heredero de Honda ha presentado un coche revolucionario que lleva dos años en el diabólico cerebro de Ross Brawn. A pesar de las sospechas, ha sido aprobado por la FIA y desprende aroma de ganador. ¿Barrichello será campeón del mundo? Sería justicia poética.

Fuente: http://www.diariodesevilla.es